“Tomé un curso de confección de Ajuar de Bebé en el SNPP (Servicio Nacional de Promoción Profesional) y ahí empezó toda esta aventura. Con el correr del tiempo, ya no solo hacía accesorios para bebé, sino que ya iba probando hacer otras cosas”, comentó Mónica.

Como muchísimas mujeres de nuestro país, Mónica cumple con varios roles en su familia y en la sociedad. Además de su trabajo en la costura, está pendiente de otras labores que nos compartió.

“Cómo todo emprendimiento, tiene sus días buenos y días malos. Hay días en que tengo muchos pedidos, pero también hay días de silencio total. Trabajo en mi hogar. Mi taller lo tengo a un lado de la casa. Normalmente trabajo más por las tardes, después de todas las labores de la casa, que ya empiezo a hacerlos a las 05:30. También estoy al pendiente de todo lo que es mi hija Valentina (colegio y sus actividades,) mi esposo y mi papá, que ya es una persona mayor. El desafío es grande, por qué hay que partirse en 5. Cómo pulpo estoy a veces”, comenta divertida.

Mónica admite que ser emprendedora es desafiante y cansador, pero a la vez, disfruta de poder pasar tiempo con su familia. “Manejo mi tiempo y los días. Eso es lo más gratificante, estar con la familia. Eso no lo cambio, por ningún trabajo de horario fijo”, afirmó.

“Moni Creaciones me dio y me da muchas satisfacciones. Gracias a este trabajo, puedo disfrutar de mi familia, no perderme de lo más valioso, tiempo de calidad familiar. Eso es lo que más rescato, de ser emprendedora”, afirmó.

¿Un mensaje a las mujeres?, le preguntamos: “Que no hay metas ni sueños que no se puedan cumplir, cuando ponemos en manos del Señor. Él abre puertas en donde uno menos se imagina”, celebró.